by Santiago Roldos*, Ecuador
Reported by Julio Echeverria, The diagonales
El texto describe un día de confinamiento en Guayaquil a causa de la COVID19. Guayaquil está siendo azotada por la pandemia, y las imágenes de los cuerpos en las calles han dado la vuelta al mundo. El autor, Santiago Roldós, es un dramaturgo y escritor ecuatoriano, hijo de Jaime Roldós, el primer presidente del país del retorno a la democracia en 1979, del que quedó huérfano a los 10 años.
Soy un buen presidiario Feliz en este encierro No dejo de notarlo Mi cárcel es un privilegio Me levanto muy temprano Procurando estar solo más tiempo Voy al baño Escucho un podcast Leo Tomo mi medicina Tomaré agua todo el día Dispongo o repaso qué cocinaré para el almuerzo Corto fruta / dejo la cafetera lista Escribo borradores de WhatsApp que intentaré enviar a una hora decente Fracaso en el intento Pienso en el cabaret/programa de YouTube que preparaba con unos amigos Ser huérfano desde los 10 es otro privilegio Ya nada puede pasarle a tus mapadres Lavo trastes / limpio la cocina /reviso por enésima ocasión la nueva disposición de los muebles Ha tenido que desatarse una pandemia mundial para recuperar nuestro departamento Para descubrir el departamento que hemos tenido embodegado años dentro de sí mismo Mejor dicho: dentro de nuestro enajenamiento No tenía idea de cuán enajenadxs vivimos Tratando de materializar nuestro proyecto Tan fuera de la lógica del capitalismo En pleno ejercicio del capitalismo (“El problema no es el capitalismo en sí, sino el capitalismo en mí”) En abril íbamos a estrenar nuestra nueva obra Pero “Lxs cuervxs no se peinan”, de Maribel Carrasco Partitura escénica para niñxs con plumas en la cabeza, donde las preguntas más grandes del mundo caben en lxs cuerpxs más pequeñxs, también tendrá que esperar Cual funcionario de Senescyt, obsesionado con hacer lo que había que hacer antes del confinamiento del planeta, intenté que ensayáramos vía Skype o Zoom No es broma En la única sesión de ensayo virtual, mis compañeras me veían y escuchaban con la misma cara del perro de los Simpson cuando intenta escrutar a Homero Bajo a nuestro perrito más o menos a las 9 Antes del covid el encargado era mi hijo Al regresar, mi amada lava sus patas (las del perro, no las suyas) Mientras yo desinfecto mis manos, llaves y celular, y voy directo a mi primera ducha del día Desayunamos con noticias, intento ver lo mínimo No puedo ni con mi propio WhatsApp No sé cómo hace la gente que está en Twitter, Facebook, Instagram, etc., todo a la vez Las redes sociales me producen lo mismo que conducir en mi ciudad: locura y violencia casi criminal Pero aquí no sólo conducir se trata de quién avasallará -o se dejará avasallar- primero Qué palabra: avasallar También por eso esta cárcel tiene algo de vacaciones: no conducir siempre nos vuelve mejores personas Estoy en el teatro para no ser todo aquello que puedo, o podría, hegemónica y virilmente Por ejemplo: ser presidente Al menos una vez al día tengo el rebrote del espectro, no de mi padre, sino del rol de heredero al trono asignado durante décadas por una parte importante de nuestra república colonial Y cuando veo la barbarie del capitalismo a la guayaquileña y la tanatopolítica con que el mundo procesa nuestra catástrofe, en todo caso pre existente, me dan unas ganas… Intento concentrarme en mis textos, escritos y lecturas Pero cocinar / lo más parecido a hacer teatro / me termina seduciendo ¿Estaré procrastinando? He limpiado nuestra cocina como nunca pensé que podría A las 12, según horario establecido, nuestro hijo accede a alguna de sus pantallas Acaba de leer, como tarea de vacaciones, “El retrato de Dorian Gray” Tras una dificultad inicial, se enganchó después de que le pidiera permiso para leer con él en voz alta Mientras me abraza y susurra que odia que me meta Nada, literalmente, me enorgullece más que poder ayudar a mi hijo a comprender, asumir o cambiar algo No es que me sienta enorme o importante Me hace feliz Almorzamos con las noticias Guayaquil y sus muertxs en la calle llevamos días siendo célebres Las imágenes son reales y pornográficas a la vez, proyectadas para mantener el show de la histeria que garantiza el control Mientras Elton John, Rafa Nadal, Lenin Moreno y otras patéticas estrellas de la tele te piden “quédate en casa”, el gobierno te pone a hacer colas en todas partes A las familias de sospechosxs de portar covid 19 en busca de un test, aún a sabiendas de que simplemente no hay reactivos, el Ministerio las pone a rodar por centros atiborrados de virus Lxs mandan al matadero con la misma convicción burocrática de siempre, en un país donde te mandan a hacer fila en ventanillas que no conducen a ningún lugar Por eso, aquí tampoco, el covid 19 es una guerra, ni nuestro enemigo común a vencer Nunca hubo una guerra mundial, hubo guerras por el reparto del mundo La guerra, pre existente, es la de siempre, la guerra de clases El covid 19 es un terremoto en cámara lenta El descontrol inesperado / la vida misma, que ha destapado la desarticulación estructural de un país cuyas clases políticas y económicas hegemónicas han tratado como carroña No sólo imputable al actual gobierno El país se parece a un departamento cuyos habitantes somos incapaces de ver De ahí la sensación de película de terror o de ciencia ficción que nos produce el espectáculo de la realidad Tampoco es tan grave Esta noción de Estado, unitario o plurinacional, llamada Ecuador, apenas tiene 190 años, una minucia frente a la historia de nuestros pueblos La diferencia no es, como quieren nuestras burguesías y oligarquías, lo que amenaza con nuestra destrucción (De hecho: sería genial prescindir del himno de mierda de Juan León Mera, del himno de mierda de José Joaquín de Olmedo, de los himnos de mierda de Pueblo Nuevo) Lo que amenaza nuestra existencia como nación es la ausencia/carencia/falta de ejercicio de una democracia íntima, diríamos personal No se trata, espero, de una apelación romántica ni idealista a la conciencia, sino de un cambio de proceder radical y material La sociedad ecuatoriana y la guayaquileña en particular es muy violenta, y su violencia e impostura es fruto de una identidad y una historia colonial Lo pornográfico de las imágenes de lxs muertxs en Guayaquil no reside tanto en la explotación amarillista del dolor, como en todo lo que deja sin nombrar, decir y problematizar Callar / no profundizar es pornográfico Intento tener alguna videoconferencia con alguien Fracaso de nuevo La gente está consiguiendo un tanque de oxígeno con sobre precio, según el onceavo mandamiento (la ley de la oferta y la demanda) O yendo de un centro de salud a otro, peleándose en la puerta de un mercado, un supermercado, una farmacia O luchando en un departamento similar o mucho más grande o mucho más pequeño que el tuyo, con afectos y desafectos atravesados por la violencia de género y/o la desnutrición, el drama del alzheimer o el parkinson, la singularidad de los diversos autismos… Es indecible la asombrosa cantidad de personas que viven siendo enfermerxs de algún afecto Mi amor, Pilar, advierte que el tele trabajo nos permite auto explotarnos incluso con mayor alegría, en casa y a cualquier hora Hago Chi Kun con mi hijo, luego intento yoga y hace poco he empezado a trotar subiendo y bajando las escaleras del edificio Correr y ensayar son las únicas cosas que echo en falta en esta prisión donde tan bien me comporto Bueno, y el dinero Aquí quien no vive al día, vive a la semana, y quien no vive a la semana vive a la quincena ¿Qué será de nosotrxs tras esta nueva reconfiguración del orden imperial colonial mundial? No alcanzo a leer a mis filósofxs de cabecera, como dicen una amiga y otro amigo, “van demasiado rápido”, dictaminando que el virus es el pasaporte a la revolución Prefiero a Quequé, el cómico de La vida moderna que dice que no entiende por qué todxs creen que cuando “esto pase” seremos una mejor humanidad Pero no me cabe la menor duda: la normalidad también está enferma, nuestra normalidad es el disparate Por ejemplo: deberíamos trabajar menos (las mayorías trabajamos demasiado) Producir menos, consumir menos, ver menos pantallas, caminar más Bajo a mi perrito por segunda vez, segunda ronda de desinfección, cenamos Otra vez las noticias Mi hijo y yo tratamos de escabullirnos de ellas lo antes posible Suenan los aplausos de las 9 Especialmente en Ecuador no creo que haya motivo para hacerlo, más allá de la solidaridad con lxs trabajadorxs de la salud, la alimentación, la seguridad, etc. Pero creo que en España tampoco aplaudiría: la mitad quienes aplauden han votado a partidos que durante lustros se han dedicado a recortar a la salud pública, buscando privatizarla, y a saquear las arcas comunes Me parece que en pleno covid estamos buscando el final de película de Julia Roberts Vemos una serie Próximo a cumplir 21 días de confinamiento Me duermo
Actor, director, playwright, journalist and professor. He came to theater after absurdities of power prevailed over his affections: his parents died in 1981, in circumstances never clarified; his father being Jaime Roldós, President of Ecuador and regional leader of the fight against Operation Condor. After being exiled and studying in Mexico, he founded in Spain—alongside the actress and teacher Pilar Aranda—El Muégano Teatro, one of the most important Latin American theater groups today. Returning to Guayaquil—its reactionary conservatism and cultural aridity seeming dialectically propitious for radicalizing their theater against the current— they created and directed the Laboratorio de Teatro Independiente y la Carrera de Teatro del Instituto Superior de Artes del Ecuador (ITAE).
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